La reintegración cromática consiste en completar las pérdidas de color de la capa pictórica o lagunas, con colores reversibles y compatibles respecto al original de la obra.
Generalmente se utilizan acuarelas o pigmentes aglutinados al barniz. La reintegración o retoque tiene como objetivo recuperar la unidad estética de la obra, pero no es imprescindible para la conservación de un cuadro o escultura. Existen diferentes técnicas de reintegración pictórica (retoque neutral, ilusionista, tratteggio o rigatino y puntillismo), pudiendo el restaurador utilizar más de uno en la misma obra.Retoque neutral o arqueológico:
Técnica desarrollada a principios del siglo XX . Consiste en aplicar un color neutro y plano sobre todas las lagunas, similar al color de fondo de la obra. Este método tiene como valor principal el respeto al original, pero altera la estética fragmentado la visión de la obra.
Ilusionista o imitativo:
Es la técnica que tiende a imitar lo más perfectamente posible color, textura y transparencia de la pintura original.
Tratteggio:
También conocido como rigatino (significa rayado, en italiano) es una técnica que se desarrolló en el Istituto Centrale del Restauro, en Roma, entre 1945 y 1950. Consiste en reintegrar las lagunas aplicando finas líneas de color verticales y paralelas que se yuxtaponen para ajustarse al original. Estas líneas son visibles desde cerca, pero al observar la obra desde lejos se asimila a la capa original. El puntillismo es similar, pero se construye el color a través de puntos.